Etiquetas

lunes, 28 de abril de 2014

¿Eres feliz con tu vida?

¿Cuantas veces nos hemos planteado renunciar a sueños por complejos que nos autoimponemos?
El chico al que vapuleaban en el colegio por sus granos, al que le llamaban 4 ojos, la chica gordita, el que tenía un ojo vago, el afeminado...
Cuantas veces se habría cohibido cualquiera de ellos en invitar a la chica/o que le gustaba a salir, a demostrar al resto de la clase que era un/a buen/a bailarín/a o que incluso cantaba como los ángeles... En cuantas ocasiones nos habremos perdido por el camino de nuestras ilusiones... solo por que nuestros complejos nos lo impedían.
Yo hubiese querido triunfar en el Teatro y en la Música. Toda mi vida he querido ser alguien.
Son dos cosas que llevo arraigadas a mí desde la niñez.
Tuve una infancia complicada a raíz de la separación de mis padres. Tengo imágenes en mi cabeza que hacen, que recordar ciertos momentos de mi vida me hagan ver que no viví con normalidad cuando me tocaba hacerlo.
No es el caso convencional de niña que se vuelve rebelde a causa de una separación, en mi caso había mas factores que me desequilibraban, física y mentalmente.
En el colegio me comía las paneras a causa de la ansiedad que me creaba todo lo que vivía a mi alrededor. Quizás fue un mecanismo de defensa que inconscientemente utilicé y que ya se me quedó grabado para siempre, o podría pensar que estaba predispuesta a tener obesidad, el caso es que desde aquel momento la comida me ha aliviado a lo largo de mi vida.
En el instituto, el insulto fácil de llamarte gorda cuando a lo mejor te sobraban 8-10 kilos, es lo que hizo que quisiera tratar de integrarme lo máximo posible con la gente popular y "guay" del lugar.
Comenzó mi decadencia estudiantil, aparqué mis principios y mi futuro por ser una más, por sentir que tenía con quien salir, con quien hablar, con quien estar en los recreos... no quería que nadie me marginase.
Nunca tuve problemas con los chicos, pero a muchos les daba vergüenza decir públicamente que hubiesen estado conmigo o que yo les gustase, se ve que tener 10 kilos mas encima era algo muy humillante para ellos...
Ahora que me sobran 50 Kg es cuando pienso si todo aquello me ha llevado hoy a donde estoy.
Me adentré en internet muy joven, sintiéndome pletórica pudiendo ser yo a través de una pantalla. Sin que nadie me juzgara como soy, sin que nadie pudiese insultarme.
Internet me dio muchas cosas buenas, algunas, las mejores de mi vida. Otras en cambio hicieron que frenara mi vida por dar prioridad a una pantalla.
Estoy esperando el momento de retomar mi vida, de que mi cuerpo, no frene la velocidad a la que van mis sueños y mi entusiasmo.
¡Qué fácil sería omitir las miradas, los comentarios y la gente superficial! ¡Qué fácil sería vivir tu vida sin pensar en nada ni nadie! ¡Cuanto admiro al que es capaz de vivir así!
Quiero el aliento y el impulso que necesito. Quiero vivir.

S.A

1 comentario: